Guti, espabila





Marcos Álvarez, el segundo y hombre de máxima confianza de Juande Ramos, es el otro yo del manchego. Su forma de entender el fútbol, su abc de la preparación físíca y táctica de un equipo y su discurso es calcado al del técnico madridista. Por eso, no es de extrañar que los grandes éxitos en la carrera deportiva de Juande los haya conseguido con Marcos Álvarez de la mano. Fue en el Málaga, en la temporada 2002/03, cuando esta dupla comenzó su idilio. Desde entonces han logrado dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey y una Supercopa de Europa con el Sevilla, además de la FA Cup con el Tottenham.

Este andaluz, ex jugador de tenis, tiene ahora entre ceja y ceja ganar la Liga con el Madrid y luchará hasta el final por ello, aunque muchos hayan dado a los blancos por muertos antes de tiempo, como buen tauro cabezón que confiesa ser. De hecho, cree ciegamente en la remontada y se marca un objetivo: “Tenemos que estar por encima del Barça tras el clásico del 3-M”. Tras el naufragio en Anfield y la resurrección en San Mamés, Marcos Álvarez atendió a Defensa Central y no se mordió la lengua. El segundo de Juande dejó un palito para Saviola: “No puede pedir en la prensa jugar”; echó un capote a Robben: “Su estilo de juego beneficia al Madrid, no le perjudica”; reconoció el fiasco de la Champions: “Fue una gran decepción”; elogió a Huntelaar: “Marcará una época en el Madrid”; y le mandó, a su manera, un recadito a Schuster: “Quizás el entrenador que estaba antes le gustaba un tipo de juego que implicaba menos rendimiento y esfuerzo en los entrenamientos”.

Pero lo que más me llamó la atención de nuestro cara a cara con Marcos Álvarez fue cuando Guti apareció en escena. Ayer, Juande sorprendió a los medios presentes en Valdebebas dejando al ‘14’ fuera de la convocatoria ante el Almería, única y exclusivamente por decisión técnica. El doble enfado, primero por ser sustituido en el derbi ante el Atlético y, segundo, por jugar los minutos de la basura en Anfield, unido a los rumores de un posible ‘escaqueo’ ante el Athletic puede que le hayan pasado factura. Pero a mí me parece más interesante la reflexión de Marcos Álvarez cuando le preguntamos por él: “No hemos tenido mucho tiempo para conocer a Guti a fondo”. Si después de cuatro meses en el club, entrenador y segundo no saben de qué va Guti, uno de los capitanes del equipo, mala señal. Quizás el pasotismo del de Torrejón es lo que le tiene mosca a Juande y Marcos. Y sin compromiso, no hay minutos. Guti, espabila.