Señorío Madridista





Desconozco si el sábado ovacionaron a los azulgrana para castigar a los suyos o si lo hicieron para que todo el mundo viera que ese es el fútbol que quieren ver en su equipo. Lo cierto es que respetaron, celebración incluida, a un equipo que 'chorreo' al de sus amores. Se aplaudió el juego de Sabih. Los movimientos de Mecí y las maravillas de Iniesta. Lógicamente los goles que los celebren los culés, pero en los cambios que realizó Guardiola se volvió a ver y sentir el señorío madridista.

El Real Madrid, como club, volvió a estar por encima de alguno de sus jugadores y por encima de sus directivos. La afición del Real Madrid, en general, no merece tener y pasar por unos directivos como los que tienen ahora y antes. Los socios blancos tampoco pagan para ver como a su equipo le bailan durante noventa minutos su eterno 'enemigo'. Pero esos abonados blancos saben ser señores cuando su máximo rival les pasa por encima y en muchas fases del partido, ridiculiza. Corrían, como dijo Toshak, como pollos sin cabeza buscando el balón y no lo encontraban nunca o casi nunca. Pese al ridículo, el aficionado blanco, insisto en general, supo reconocer la grandeza del Barça.

El señorío madridista no terminó con el aplauso para los triunfadores. Los socios del Real Madrid, incluso respetaron a los suyos. Podrían haber hecho sangre y no lo hicieron. Creo que al único que silbaron fue a Sergio Ramos. Le silbaron y mucho en parte por los méritos contraídos y sobre todo por culpa de Juande Ramos. El entrenador de Pedro Muñoz señaló como único culpable de la debacle, al lateral cuando le cambió. Innecesariamente ya, pienso yo, pero esas son las cosas de éste entrenador y esa es otra historia.

Yo desde éstas líneas lo que quiero es aplaudir a los aficionados del Real Madrid que supieron digerir con señorío la abultada derrota. En el Camp Nou jamás se verá un gesto igual. El Barcelona sabe perder pero no contra el Real Madrid. Tiempo al tiempo. Ojalá que el Real Madrid pueda alguna vez golear al Barça en el Camp Nou. Entonces veremos como no es lo mismo. La grandeza del Real Madrid no solo está en su palmares, ni en su sala de trofeos. El Real Madrid es grande también por gestos como los del sábado por la noche. Una vez más el Real Madrid supo apreciar lo bueno de su máximo rival. Envidiando lo que está haciendo el Barcelona, supo sin rencor aplaudir al visitante. Igual que el año pasado el Barcelona (sus jugadores) hicieron pasillo a los campeones, el Real Madrid (su afición) respetó una celebración que lo quieran o no, se merecieron por como se consiguió el triunfo.


Por eso vaya desde aquí mi respeto para (en general) una afición que sabe, entiende y respeta el buen gusto por el fútbol. Que no tenga que repetir otra vez. Desde ahora que trabajen los que lleguen y que la próxima vez sean ellos los que aplaudan y reconozcan el juego del Real Madrid… No lo verán mis ojos. No lo digo porque el Real Madrid no sea capaz de hacerlo en el Camp Nou, lo digo por que aquella afición no es la del Real Madrid. El señorío es blanco.