El siguiente, ¿Xabi Alonso o Ribery?





Uno de ellos parece que será Arbeloa con toda probabilidad, y la cuestión entonces ya no sería ‘cuál será ese próximo refuerzo’, sino más bien ‘cuál debería ser’. Y es que hay dos jugadores de los mejores del mundo que están en la agenda del Madrid, y que tal y como parece que van las negociaciones quizá no lleguen juntos al Santiago Bernabéu este verano: Xabi Alonso y Ribery.

El centrocampista del Liverpool se antoja vital para el equipo de Pellegrini, y es que ésa es una posición clave para el correcto engranaje de un equipo. El vasco sería el motor del Madrid sobre el césped, el encargado de enlazar la retaguardia con la línea de vanguardia y que el juego del conjunto blanco no vuelva así a reducirse a la fórmula de “Casillas y Ronaldo” como ya se vio en la primera época de los galácticos. Esto no es baladí por tanto, se trata de recuperar una identidad en el juego que lleva muchos años a la deriva, y que éste pueda ser fluido, e incluso vistoso.

Y por otro lado está Ribery, la esperanza de la selección francesa y el mejor jugador de la Bundesliga desde que llegara hace dos temporadas. Lo cierto es que la incorporación de un mediocentro de calidad es más necesaria para el Madrid, e incluso si el galo no llegara, esa posición podría quedar notablemente cubierta con Robben o hasta con Sneijder como falso extremo, pero es que Ribery es un futbolista superior, uno de esos escasos integrantes de la flor y nata de este deporte. Eléctrico, potente, trabajador, ambicioso, con gol… uno de esos jugadores que anima a los aficionados a que vayan al estadio, uno de esos que hacen que a los más futboleros se nos concentre toda la sangre en esa innombrable parte del cuerpo. Desde mi punto de vista, le falta militar en una liga y un equipo más potente para convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo, de los que optan al Balón de Oro incluso, y desde luego que si cambiara el Allianz Arena por otro estadio que no fuera el Bernabéu, con el tiempo el madridismo en su totalidad se arrepentiría de haberlo dejado escapar.

Después de varios días, aún no he llegado a una postura definida entre la necesidad de uno y la excelencia del otro, y supongo que sólo el tiempo y el desarrollo de las negociaciones terminarán de aclarar los difuminados caminos en este verano. Si ustedes tuvieran la oportunidad, ¿con quién se quedarían?