Estadios como Fontanas de Trevi





Estos tres ‘jueces’ han multado con 150 euros al Atlético de Madrid por un ‘supuesto’ monedazo a Manuel Pellegrini. Pero si la ofensa al sentido común con esta sanción no feu suficiente, Cerezo se puso la venda al decir que “realmente el único que se tenía que haber quejado y no lo ha hecho es Pellegrini, que se ha portado correctamente y de una manera fantástica, y no entiendo por qué este problema de si son 150 o no son 150”. Una cosa es que reconozca que no sabe de fútbol, que no sabe, y otra que incite a la violencia.

Esta sanción es una invitación a los ciento y pico mil aficionados que acuden a los campos de Primera cada fin de semana a que  tiren monedas y que los jugadores alcanzados no se quejen como hizo Pellegrini. Vamos, los estadios de fútbol serán como la Fontana de Trevi. Y el deseo, que gane su equipo y que los damnificados cierren el pico.

Pero lo más llamativo es que estos ‘jueces’ justifiquen la sancionen afirmando que no hay pruebas y que el árbitro no lo reflejó en el acta. Vamos que Pellegrini vio venir el objeto y puso la cara para que le diera. ¡Desde luego Pellegrini, cómo eres! Ha faltado eso, que le sancionaran por poner la cara. Tampoco se reflejó ni vieron estos ‘jueces deportivos’ que a Kaká le alcanzó otro objeto tras marcar el 0-1 y que Xabi Alonso lo retiró discretamente. Yo he visto las dos acciones en la tele y muchas veces. Será que estos 'jueces' no tienen tele.

Y da lo mismo que haya sido en el Calderón, en el Bernabéu o en Corralejo. Eso sí, al Rayo Vallecano le metieron 50 euros más de multa por tirar media bolsa de pipas al césped sin dar a nadie. Esta es la organización que tenemos, la justicia que tiene el fútbol y si no que se lo pregunten a los irlandeses, que dejarán de ingresar una millonada al no ir al Mundial por culpa de un árbitro que se tragó la mano de Henry. Me alegro de que Francia se haya clasificado, pero así no. Así sólo me viene a la cabeza la figura de Platini que desde su llegada a la presidencia de la UEFA se suceden demasiados hechos sospechosos a favor de sus simpatías. Será, una vez más, casualidad.