Chapeau por los juveniles. Chapeau por Toril. Chapeau por la directiva





Uno tuvo la inmensa fortuna de poder vivir el encuentro en directo en Almuñecar. Lástima también que no pudiera vivir en mis propias carnes ese momento histórico del ‘triplete’. El Athletic se encontró muy pronto con un gol llegado de la nada, y rondando el treinta amplió la ventaja. Dos fallos al tirar el fuera de juego que a la postre fueron definitivos (0-2). Y es que los ‘leoncitos’ más que Simbas estaban hechos ya todos unos Mufasas, si se permite la ‘disneyana’ comparación. Se las sabían todas. Se defendieron de maravilla, siempre muy bien plantados en el campo, y cuando veían que el Madrid apretaba, o iban a buscar la falta para parar el partido y desquiciarles, o bien se tiraban al suelo aquejados de calambres. Por la rapidez con la que se levantaban, me da que sólo alguno fue de verdad… Están en su derecho, ya que eso es lo que aprenden de los mayores (concretamente al mismo Athletic se le ha podido ver este año actuaciones similares), pero sinceramente deja una sensación extraña en el aficionado al fútbol cuando esos gestos provienen de chicos que no son aún profesionales y que algunos no llegan ni a la mayoría de edad.

Huelga decir que a pesar de estos detalles y de esa defensiva estrategia, el Athletic fue justo vencedor del encuentro. Como, por otra parte, así lo reconocieron cada uno de los jugadores madridistas que por allí pasaron y se pararon a hablar con los pocos periodistas que les esperábamos. La desolación era el común denominador de los jóvenes juveniles, que me consta llegaban con la mayor de las ilusiones en pasar a la historia, y esas caras largas sólo parecían menguar cuando a la salida les esperaban sus familiares y amigos, orgullosos del esfuerzo y de la temporada realizada. Eso sí, el primero que fue a decirles a la cara lo orgulloso que estaba de esta generación fue Alberto Toril. El técnico merengue no esperó ni a llegar al vestuario para decírselo. Nada más se pitó el final, levantó del suelo a aquellos que se habían dejado caer de la tristeza, les reunió a todos en círculo en el propio césped y les ‘obligó’ a levantar la cabeza. Gran gesto del técnico, y gesto de gran técnico por otra parte. Chapeau por Toril. Y chapeau por los dirigentes merengues también, pues conscientes de la importancia de la cita Valdano, Pardeza, Ramón Martínez y Giráldez se desplazaron hasta Almuñecar para ver a sus juveniles, y fueron los siguientes en felicitar a los chicos por su magnífica temporada en el mismo vestuario. Y es que, como bien decían todos a la salida de los vestidores, la temporada ha sido “de 10” a pesar de ‘sólo’ ser subcampeones de la Copa del Rey.

 

PD: Pese a haber perdido en la final de la Copa, la confianza y las esperanzas del club en estos chicos sigue siendo máxima. Así se lo transmitieron los dirigentes merengues a los futbolistas y cuerpo técnico en el vestuario, y así lo reconoció abiertamente Valdano a la televisión local de Almuñecar -único medio para el que el director general habló públicamente con Defensa Central como testigo-: “Esta temporada ninguno subirá al primer equipo, pero esperamos que ya alguno pueda disfrutar de minutos durante el año. Y seguramente, de aquí a un tiempo algunos serán miembros del primer equipo de pleno derecho”. Amén.