Una guerra de cuatro batallas

Guardiola sabe que se medirán a su rival más duro, al más capacitado para ganarles: al Real Madrid.





Sin duda, el equipo que más motiva a los jugadores del Barcelona es el conjunto blanco, por historia  y por la rivalidad que siempre ha existido entre ellos, pero también porque saben que si existe un club con la plantilla y los recursos técnicos y tácticos suficentes para acabar con su hegemonía no es otro que el de Concha Espina.

¿Alguien lo discute? Repasemos los otros rivales que siguen vivos en la competición europea. El Schalke de Raúl sorprendió a un envejecido Inter en San Siro con un ataque letal y un buen carácter competitivo, pero con una defensa fragil que en manos de Messi y compañía sería un juguete. Y de los equipos ingleses qué decir, Ni Manchester United ni Chelsea ofrecieron en la ida de los cuartos de Champions un fútbol especialmente brillante del que puedan presumir en un hipotético encuentro contra el Barcelona.

El Real Madrid es otra historia. El madridismo y sus jugadores están dolidos con la 'manita' del Camp Nou. Los cinco tantos en territorio culé todavía escuecen a los hombres de Mou  que son mucho mejores de lo que pudimos ver en aquél partido. Son conscientes de que la mejor forma de resarcirse de esa derrota es demostrando lo que son capaces de hacer.

Y hay que ser optimista. Los blancos tienen un  equipo joven y con hambre de títulos. Cristiano y Benzema ya estarán plenamente recuperados e Higuaín ya habrá alcanzado esa punta de velocidad que aún le falta. Özil y Di María llegarán en buen momento de forma (espectacular el argentino ante el Athletic.) y Xabi Alonso podrá impartir otra clase de liderazgo como ya hiciera ante el Tottenham en el Bernabéu.        


En esta guerra de cuatro batallas que se avecina el Madrid no puede caer derrotado. El primer round será en el próximo fin de semana en  la Liga en un partido de menor trascendencia de la que se esperaba por el descalabro ante el Sporting. Será una buena toma de contacto, pero como cualquier primera incursión no resultará decisiva.

Si lo serán los tres partidos siguientes, la final de Copa y las semifinales de Champions. En éstos encuentros el Real Madrid tiene que darlo todo, sin reservas ni concesiones. Ahí se juegan la temporada Madrid y Barça, probablemente los dos mejores equipos del continente. Guardiola lo sabe, en la esquina contraria estará su peor enemigo.