La resaca ha sido dura

"¿Qué hubiese pasado si los árbitros y los aprendices de las artes escénicas no hubieran hecho lo que hicieron?"





Del resto de partidos de la eliminatoria han quedado algunas dudas, o mejor dicho, la sensación de que se podría haber hecho algo más. En primer lugar por que el planteamiento táctico, en algún encuentro quizás podría haber sido un poco menos conservador, aprovechando el potencial, calidad y capacidad de los jugadores del Real, así como el gran conocimiento del técnico luso. Pero lo hecho ya no tiene solución.

Lo que más nos revienta a los socios, peñistas y aficionados en general, es el meollo de la cuestión. ¿Qué hubiese pasado si los árbitros y los aprendices de las artes escénicas no hubieran hecho lo que hicieron? Nunca lo sabremos, pero apuesto a que el resultado hubiera sido totalmente diferente. Si lo que nos pitaron a los merengues en los partidos de Champions se lo hacen a los culés, aquí hay una revuelta nacional. Si el teatro que hicieron los jugadores del Barça lo hacen los del Real Madrid, hubieran sido de los más buscados del Top 10 de la CIA. Lo que más fastidia es que en el terreno de juego tampoco se les pueda tocar. Si les pasa por su lado una ligera ráfaga de viento se caen y es amarilla. Si les viene el viento de cara ya se tiran directamente y te enseñan la roja.  Si a eso le añadimos que no saben ganar (nunca han sabido) y te están tocando las narices con sus camisetitas todo el día, y chuleándote de que el fútbol son ellos, que tu equipo sólo defiende a base de patadas, la resaca es aún más dolorosa. Simplemente porque no tienen razón, pero como han ganado con sus ayuditas pues todo vale.

Por suerte los madridistas tenemos más argumentos futbolísticos que ellos a lo largo de la historia, y aunque no lo aceptaran nunca, también en la historia más reciente. Los hechos ahí están. Hemos descabalgado al jinete que otra vez iba a por el sextete. Tenemos una copa más (chupito para ellos ) en nuestras vitrinas, y le hemos enseñado los dientes. Hay que seguir en una línea parecida a esta, para que el año que viene sientan nuestras garras deportivas en toda su alma.