Volviendo a la taberna culé, ya cansan con sus intentos continuos de desprestigiar a todo lo que rodea al Real Madrid. La criminalización a la que nos exponen continuamente, ya empieza a colmar el vaso de la paciencia y de lo educadamente correcto. Se justifican en supuestas agresiones que sólo ellos han visto, en pisotones, que por fuerza tienen que ser malintencionados (los de los jugadores del Barça no, que quede claro, estos son siempre fortuitos), en empujones, en placajes, en barullos. ¡BASTA YA! Esto no se puede aguantar más. Que se dediquen a lo suyo. Que celebren sus títulos y que nos dejen en paz. Nosotros celebramos los nuestros y a nuestro rollo.
Porque si no, nos vamos a ver obligados a seguirles recordando lo que han hecho algunos de sus presuntos inmaculados jugadores y directivos. Como puede ser el escupir a jugadores contrarios, fingir agresiones cuando ni los tocan, provocar a los rivales continuamente para que los expulsen, insultar al contrario( Marcelo dixit), ir de catalanes y luego brindar con un buen champán francés e.t.c... Si siguen pues les iremos recordando más cosas.
En lo que me refería al principio sobre el caso Marcelo, reitero que no sorprende, aunque es cierto que molesta que se piensen que nos chupamos el dedo y que somos tontos. Los “ currantes” ya se sabía que se iban a lavar las manos e iban a dar una excusa de mal pagador, argumentando alguna de sus múltiples incongruencias como al final se ha visto, y favoreciendo a sus amiguetes. Aunque bien pensado, quizás la decisión de no sancionar al jugador culé sea una buena noticia en el fondo. De esta manera ya no puede haber más lloriqueos, ni más culpas al Madrid. Ya no les descentramos en nada. Ya no tienen baja para la final. Ya no hay excusas por si pierden. Eso sí, en caso de que se les lesione algún jugador, no descartemos que la culpa la podamos tener alguno de nosotros al leernos y generar así su desconcentración, o quién sabe, si no será por alguna secuela que le haya dejado alguno de los 4 partidos contra el Real. En triquiñuelas son unos expertos, así que ¡Good Lucky Manchester!
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