Yo soy bastante joven y, debido a ello, igual no he visto tantos culebrones en materia de fichajes y contrataciones como otros. El de Neymar tenía pinta de ser uno de los largos, de los de madre soltera con un hijo perdido que aparece a los 40 años y que quiere buscar a su padre al que se daba por muerto en la guerra. Así que la idea inicial era la de tomárselo con calma tanto si fichaba por el Madrid como si no lo hacía. Sin embargo, ayer saltó la noticia extraoficialmente: Neymar ya era madridista a cambio de ¡¡40 millones de euros!! Casi nada.
Hablo de los culebrones porque en estos momentos me viene a la cabeza el nombre de otro brasileño, el de Denilson. Sí, el mismo que acabó fichando por el Betis después de que Madrid, Barcelona y media Europa se pegaran por sacarlo del Sao Paulo en la temporada 1998-99. Aquello fue increíble. Un día estaba en el Madrid, al siguiente en el Barcelona, dos días después el Sao Paulo no lo vendía. Al final acabó en el Betis por una cantidad que rondó los 4500-5000 millones de las antiguas pesetas lo que, en ese momento, le convirtió en el fichaje más caro de la historia del fútbol ¿Alguien sabe ahora qué hizo Denilson en España? Nada de nada. Fue otro jugador inflado por los medios y representantes brasileños que, hay que reconocer, son magos en ese sentido, y pasó sin pena ni gloria por aquí a pesar de que de él se había dicho que era la nueva maravilla del fútbol mundial. La estrella acabó en estrellado.
Con esto no quiero decir que Neymar sea un caso igual al de Denilson, Dios me libre, pero sí que existe ese riesgo, como ya sucedió con Robinho, de fichar a un afamado brasileño dentro de sus fronteras por una cantidad exagerada que luego no da ni la mitad de lo que de él se esperaba. Por eso, pienso que si la inversión por Neymar no hubiera superado los 15-18 millones de euros se podía haber hecho aún a riesgo de fallar, pero si estamos hablando de señoras cifras, como esos 35-40 millones, lo mejor es que el Madrid le hubiera pasado el experimento al Chelsea y firmara a Agüero. Con este último la apuesta es segura mientras que con Neymar…sólo el azar lo sabe.
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