Una solución inútil

"El Madrid tiene que reflexionar y darse cuenta de que lo mejor para no seguir perdiendo dinero es ponerlo en manos de unos buenos gestores"


cuandonohaya

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En su regreso a la presidencia del Real Madrid, Florentino Pérez quiso reforzar el baloncesto ampliando la partida presupuestaria y fichando a Messina como técnico. Así, el club podía presumir de competir casi con los mismos recursos que el resto de grandes equipos de Europa como el Regal Barcelona, el Panathinaikos, el Maccabi o el Olympiakos. Pero solo dos temporadas después, el sueño parece que se ha esfumado. Y lo ha hecho con un balance estremecedor para todo madridista que se precie: cero títulos, un par de finales coperas y una Final Four.

En total, cerca de 55 millones de euros para prácticamente nada. Mientras tanto, su eterno rival ha seguido una trayectoria similar al conjunto de fútbol, pues ha sumado una Liga ACB, un par de Copas del Rey, una Euroliga... De nuevo esa sensación de fracaso ha rondado en el club y, lo que es peor, lo ha hecho en una sección cuestionada desde hace varias temporadas y que en las oficinas del Bernabéu se ha llegado a ver como hasta algo incómodo. Porque a estas alturas, a pocos les queda la duda de que a Florentino no le gusta demasiado el baloncesto.

Por tanto, es probable que sólo las ocho Copas de Europa del Madrid y la vitola de ser el mejor equipo FIBA de la historia han logrado mantener en pie esta sección. Por ello, el Real Madrid ha asumido los sangrantes gastos temporada tras temporada y por ello ha puesto ilusión con el deseo de volver a repetir las gestas que gente como Sabonis o Arlauckas consiguieran ahora hace 16 años. Pero ni siquiera 28 millones de euros han servido para desempolvar la sala de trofeos, porque el trabajo que se ha realizado en los despachos, y a las pruebas me remito, no ha sido bueno.

 


En los dos últimos años, dos han sido los pabellones donde ha jugado el equipo (Vistalegre y la Caja Mágica), dos han sido los directores de la sección (Maceiras y Sánchez Lázaro), dos los entrenadores (Messina y Molin) y 17 los jugadores. Cifras que cantan por sí solas y que son antónimas de la estabilidad que necesita el club. Mucho dinero, pero poca mano derecha y muy mala gestión deportiva e institucional. Porque esta sección ha sido un caos y el irregular juego que ha mostrado el equipo en la cancha ha sido la mejor plasmación de ello.

Por eso, la decisión de rebajar el presupuesto es una demostración de que Florentino ha perdido la confianza en la sección, de que ahora la ilusión solo la deja para el fútbol. Tras dos años de esfuerzo, ha optado por dejar de hacerlo o, al menos, realizarlo en menor escala. Porque ya no está dispuesto a seguir perdiendo el dinero para no lograr nada a cambio, como si se hubiera dado cuenta (por fin), de que los euros no aseguran títulos. Pero lo que no tengo tan claro es que el presidente haya apreciado que el problema no reside en el hecho de invertir más o menos dinero, sino que éste está en cómo se gestiona el mismo.

El Real Madrid debe preguntarse por qué gente como Morris, Mickeal, Teodosic, McCalebb o Pargo juegan en sus grandes rivales. O por qué Velickovic es un jugador que no contaba este año para Messina y Molin. El Madrid tiene que reflexionar y darse cuenta de que lo mejor para no seguir perdiendo dinero en balde con este equipo es ponerlo en manos de unos buenos gestores, de personas que sean capaces de crear un proyecto sólido y fuerte. Porque debilitar ahora el presupuesto mientras se sigue confiando en Herreros y Sánchez Lázaro significará seguir una línea continuista donde el dinero se perderá por las cañerías del baloncesto, mientras que el madridismo sigue mirando con añoranza las fotos de aquél abril de 1995 en el que se ganó la octava Copa de Europa en Zaragoza.

 


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