Francamente yo estoy convencido en que ha quedado en nada. Una simple excusa para quedar bien con sus medios de comunicación y de propaganda más afines, para justificar que es Presidente del Barça y ya está, con eso se ha quitado la papeleta de encima de aquellos que le presionaban durante todo el año para que “diese caña al Madrid”.
Yo estoy convencido de que si hay alguien que tenga motivos para romper relaciones con el Barça de por vida es el Real Madrid. Me explico: llevan más de 40 años acusándonos falsamente de que si las ligas que hemos ganado eran por la Dictadura, que si las copas de Europa eran por Franco (sobretodo debía ser por el gran poder que tenía en ese momento el Caudillo en toda Europa), que si comprábamos y amenazábamos a los árbitros… En fin una cantidad de sandeces que ni ellos mismos se creían, pero como históricamente el Barcelona ha sido un equipo perdedor, pues se tenían que contentar con eso, acusando al Madrid falsamente y con argumentos irrisorios.
Con esto todos los madridistas hemos tenido que convivir durante casi medio siglo, echándonoslo a nuestras espaldas, rebatiéndoles los argumentos y falacias que contaban y cuentan sobre nuestro laureado club, el Real Madrid, inalcanzable hasta el momento en cuanto a títulos de mayor y especial prestigio y relevancia por ningún club del mundo. Lo peor del barcelonismo no es que no sepan perder. Lo peor es que como estamos viendo tampoco saben ganar. En vez de disfrutar de sus títulos siguen obsesionados con el Real Madrid. Por algo será. Eso les duele.
Ellos han generado en innumerables ocasiones motivos para que el Real Madrid se plantase y liara la de San Quintín. Sólo hay que ver la actitud esperpéntica que han tenido algunos de sus últimos presidentes en el palco del Camp Nou cuando iba a jugar el Madrid, rozando límites insospechados de mal comportamiento y mala educación. Sólo hay que acordarse de Núñez, Gaspart o Laporta. La respuesta del Madrid siempre ha sido la misma. Ha actuado con señorío, educación y con clase, dando la callada como respuesta en algunas ocasiones que no es una mala forma de contestar al adversario cuando esto muestra sus malos modales.
En definitiva y para cerrar este paréntesis de hoy, lo de Rosell no deja de ser una cierta herencia de la actitud de sus predecesores en el cargo, y la respuesta del Madrid con el comunicado en consonancia histórica con lo que ha sido nuestro club: elegante, pero contundente en la respuesta cuando algunos nos intentan pisar.
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