El Valencia lo es. Con todo el respeto para el Getafe y para todos los que han marchado cedidos al Coliseum, jugar en Mestalla no es lo mismo que permanecer en el sur de Madrid. El club che es un equipo que pelea año tras año por jugar en Europa y con una historia reciente de lo más interesante. No en vano, se trata del campeón de esa especie de segunda Liga que se ha montado en las últimas temporadas con la inmensa superioridad de Madrid y Barcelona.
Ahí es donde de verdad se va a ver al verdadero Canales, jugando en un equipo con exigencias, espero que como titular. En el Real Madrid lo ha tenido siempre muy difícil, a la sombra de Özil e incluso de Kaká. Unido a su mala suerte con las lesiones, ha sido una losa de la que nunca se ha liberado.
Por eso lo mejor era una cesión. ¿Pero por qué ahora? Esa misma política la debió seguir el club la pasada temporada, nada más concretarse su fichaje. Se veía venir que no tendría minutos, que se pasaría un año en blanco. En cualquier caso, rectificar es de sabios y mandarlo a foguearse a otro club de Primera era la mejor opción teniendo en cuenta que él no deseaba abandonar España.
Sin embargo, mandarlo precisamente al Valencia es tirar piedras contra el propio tejado madridista. Teniendo en cuenta que los blancos aún pueden recomprar a Dani Parejo, la llegada de Canales significará una competencia casi directa entre ambos futbolistas. ¿De qué sirve mandar a los dos al mismo equipo? Sea como sea, Sergio Canales ya es jugador valencianista y no queda otra que desearle mucha suerte y, por qué no, un pronto regreso al Santiago Bernabéu. Que no sea un adiós, sino un simple 'hasta luego'.
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