La suerte no estará siempre de su lado

"si el Real Madrid juega como en la tan alabada primera media hora del Bernabéu los culés tendrán poco que hacer"


cuandonohaya

cuandonohaya




Porque si el Real Madrid juega como en la tan alabada primera media hora del Bernabéu los culés tendrán poco que hacer. La Diosa Fortuna no los respaldará hasta el fin de los tiempos  y aunque estén en su casa, no duden de que los blancos pelearán la Supercopa hasta el último minuto. Y ya saben cómo hacerlo.

Las armas serán las que vimos el otro día. Velocidad , presión asfixiante a la salida de balón  blaugrana y ataques rápidos y certeros. Özil y Benzema serán claves una vez más. El alemán se nota que crece como un gigante en cada partido, mientras que el delantero ha pasado de gato a pantera en apenas unos meses. También tenemos a Cristiano, cuyas galopadas en los primeros minutos de la ida pusieron en más de un aprieto a los zagueros barcelonistas.

En la medular, el cerebro Xabi Alonso es esencial organizando el juego madridista y las embestidas de sus compañeros. Khedira, por su parte, se está destapando como aquél centrocampista todo terreno que tanto encandila a Mou. A falta de Sahin, Sami es un buen escudero.

Un argumento muy sorprendente de los agoreros habla de la superioridad física del Madrid como premisa principal para explicar la superioridad del juego blanco el pasado domingo. Decían que los culés estaban al 70% y el Madrid al 90%, ¿en pleno agosto?... No me lo creo.


Es cierto que el Madrid está un peldaño mejor en el físico, pero la diferencia no es tal como se nos ha querido vender. Los hombres de Mourinho pueden dar más de lo que ofrecieron el otro día. Tanto como para que el juego de la media hora inicial se prolongue durante casi el resto del encuentro, aunque eso sea complicado que lo veamos esta noche.

También cuentan que hombres importantes en el Barcelona como Xavi, Busquets o Piqué no fueron titulares el domingo. Dudo mucho que ni siquiera estos tres futbolistas pudieran frenar el vendaval blanco  la primera mitad. Así es como se agota el juego de posesión culé. Quitándoles la pelota y servirse de ella no para ‘sobarla’ sino para asestar zarpazos certeros a la meta del rival. No defendiendo mucho, sino bien y comenzando la presión desde el más adelantado de los delanteros.                         

Dicen que lo del Barça con el Madrid en las últimas temporadas es un maleficio y, ¿para qué y existen este tipo de maldiciones? Para romperlas. Si no es en esta Supercopa será en los choques venideros. Será más temprano que tarde. La suerte no estará siempre de su lado.