Sin embargo, no es de eso de lo que quiero hablar. Mi opinión al respecto está en la línea del director de este medio, que ya habló hace unos días al respecto. El tema que me gustaría tratar es la mala baba con que se trata al ganador de la Bota de Oro, a Cristiano Ronaldo, cada vez que realiza alguna acción mal entendida. Todo se magnifica en torno al portugués, y día tras día, partido tras partido, semana tras semana, encontramos alusiones en la prensa catalana que tratan de arrastrar por el suelo el prestigio de Cristiano. ¡Y luego acusan a la prensa madrileña de hacer lo mismo con Messi!
Todo lo que dice o hace Cristiano es tachado de inadecuado, malinterpretado de forma que siempre sea el portugués el que quede mal parado. No puede celebrar un gol o una victoria, o hacer una virguería con el balón porque es una provocación, mientras hay quien se mofa del rival en su cara y todavía le llaman ‘humilde’. Y lo malo es que esto ya no pasa solamente en Cataluña, donde incluso se puede llegar a entender como un síntoma de 'madriditis'.
La última muestra de ello, la famosa frase que fue titular para casi todos los periódicos tras recibir la Bota de Oro: “ni siquiera Dios agradó a todos”. Si leemos ese titular, todos pensaremos que Cristiano es un engreído, que no tiene abuela, que es prepotente, etc. Pero la frase está totalmente sacada de contexto, ya que para entenderla hay que saber cuál fue la pregunta y el resto de la respuesta.
Pero no. No vale la pena tratar de encontrar el significado real de lo que dice o hace Cristiano. El motivo de cada una de sus acciones. Hay que ir a por él porque es “guapo, rico y bueno”, y no se debe uno preguntar por qué dice que lo es. Los futbolistas también son humanos, que nadie lo olvide. En cualquier caso, aunque fuera todo lo que dicen que es, prefiero al Ronaldo natural que a cualquier hipócrita de turno. Siempre vale más la pena ir de cara en esta vida.
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