La ausencia obligada de Xabi Alonso en la medular por sanción invita a pensar que lo lógico sería que Sahin acompañase a Khedira. Para eso se le ha fichado, me diréis algunos. Razón no os falta, pero el prisma varía bastante si tenemos en cuenta los antecedentes más recientes del madridismo en Gijón.
El del sábado va a ser un encuentro de alto voltaje, por mucho ímpetu que Manolo Preciado ponga en tratar de convencernos de lo contrario. Se prevé un gran despliegue físico, y una batalla que en gran parte del encuentro, se dirimirá en el centro del campo.
Con la intención de contener lo máximo posible las embestidas rivales y de tratar de imponer la ley del más fuerte desde el comienzo, yo no apostaría de inicio por el turco. El propio jugador ha reconocido que aún le falta mucho para llegar a un nivel de forma óptimo y Mourinho le ha otorgado la razón, al calificar su proceso actual como la peculiar pretemporada del otomano.
El portugués tiene ante sí una complicada decisión. Cualquier camino que escoja puede entrañar riesgos, aunque parezca tener la intención de guardar la ropa. Lass está cumpliendo a la perfección como lateral derecho cuando las circunstancias lo han requerido, pero es indudable que su papel principal es el de fajador. El francés encaja de manera idónea en esa faceta del juego, que se va a hacer imprescindible en El Molinón.
Y ahí llega la verdadera incógnita, la del responsable de ocupar el lateral diestro, teniendo en cuenta que Arbeloa no va a estar en plenitud de condiciones. Raúl Albiol se presenta como una alternativa que cada vez coge más peso en la mente del técnico luso.
El internacional ya ha jugado en esa demarcación en otras ocasiones y cuenta con un plus de máxima relevancia: su hambre de minutos. Las excelentes actuaciones de Ramos y Pepe en el eje de la zaga le han desplazado a un segundo plano que está deseoso de enterrar.
Por estos motivos, creo que la mejor opción es comenzar el encuentro con el alicantino salvaguardando el flanco derecho y con Lass y Khedira como destructores del juego. Para el Real Madrid, el de Gijón es un partido con un valor extra: el de mantener la diferencia en la tabla con respecto al Barcelona.
Sahin tiene una velocidad menos que el resto de sus compañeros a día de hoy. El turco puede servir como revulsivo en el segundo acto, cuando el despliegue físico y el cansancio hagan mella en el cuadro local. Una recaída del ex del Borussia sería fatal para los planes de Mourinho y en El Molinón no se van a andar por las ramas. Van a repartir de lo lindo. Ante el Sporting lo más coherente, creedme, es plantar cara en la batalla. Y para eso, nadie mejor que ‘el fajador’.
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