El equipo que dirige Mourinho se enfrenta hoy a una reválida fundamental. Sin su mariscal de campo, el Real Madrid tiene hoy la misión de mantener las diferencias con el FC Barcelona en uno de los partidos más difíciles de la temporada. Quizá en el terreno más difícil de los de la zona baja. Se avecina un partido bronco, con el público muy encima. Quién sabe si volveremos a ver a CR7 animando a la grada a insultarle, pidiendo más o mandándola callar.
Porque el de hoy es de esos partidos. De los que se ganan con el mono de trabajo, en el barro, con sangre, sudor y lágrimas. Y el Madrid deberá hacerlo a una semana del clásico, con Iturralde de árbitro y sin Xabi Alonso. Parece que todo son trabas pero no cabe duda de que si el Madrid gana y convence en El Molinón saldrá más reforzado aún para el partido ante el Barcelona. Que venga Piqué, que vengan todos. Si se consigue ganar el clásico sabrá mucho mejor la victoria viéndole la cara al defensa azulgrana.
Mourinho deberá decidir entre el músculo o la creación para suplir a Xabi Alonso. Dudo si Sahin está capacitado para suplir al donostiarra, no por calidad sino por estado de forma. Un partido de esta exigencia física puede ser contraproducente para el turco, y creo que el míster no se arriesgará a que el ex del Borussia se juegue el tipo recién salido de una lesión tan larga. Las opciones se reducen a Granero o Coentrao, puesto que Lass apunta a carrilero diestro y sería una sorpresa que el luso optara por Altintop. No obstante, no descarten nada. Sin Xabi, Mou no se puede arriesgar a que reine la anarquía. Deberá plantear una solución sólida a su ausencia. Y no me cabe duda de que conseguirá hacerlo con éxito.
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