Hace unas semanas, en Barcelona se preguntaban qué interesaba más en el derbi madrileño: que ganara el Real o el Atlético. Siendo hipócritas, muchos dijeron que los rojiblancos son este año el rival azulgrana. Pero en el fondo ni ellos mismos se lo creen. La sombra del Real Madrid es alargada, y aun estando a distancia prudencial en el Camp Nou siempre se mira lo que pasa en Chamartín, lo mismo que en Madrid se mira lo que pasa en Can Barça. Es más, con los culés a once puntos de distancia es necesario mirar sus resultados sí o sí, esperando que tropiecen de una vez por todas.
Tras el golpe que el Atlético se llevó en el derbi, Simeone y los suyos viajan a Barcelona con la intención de enmendar los errores del Bernabéu. Y el madridismo quiere que así sea, o al menos así lo entiendo yo. La mentalidad del Real Madrid nunca ha sido ni será la de pelear por un segundo puesto, sino la de ser siempre el mejor. Por este motivo, este domingo seremos del Atlético por un día, gritaremos los goles de Falcao y compañía y esperaremos que el 'Cholo' pueda celebrar la victoria entre aspersores. Siempre y cuando el Madrid gane al Espanyol, si el cuadro colchonero puntúa en el Camp Nou, la distancia con el liderato se verá reducida. Y eso es lo que interesa, más que ser segundo o tercero. Aunque quizá lo más importante ahora mismo sea que mejore el juego de los nuestros... Si esto no sucede, de nada valdrá que el Barcelona se deje puntos.
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