A cada segundo que pasa, mi cabeza le da más y más vueltas a qué ocurrirá en el Camp Nou. No paro de pensar en qué hará Mourinho con el once inicial, quién jugará, cómo lo harán, en si el Real Madrid será capaz de marcar, en si será capaz de eliminar al Barcelona en su estadio... Repaso todos los antecedentes en busca de los que me den más optimismo y pienso en que se van a repetir. Veo los que eliminarían al Madrid y los borro automáticamente y me digo a mi mismo que son cosas de la historia, pero que ahora tenemos el futuro por delante.
Cuento cada minuto que queda para ver el partido, encender la televisión y que sobre el campo aparezcan los mejores jugadores del mundo encabezados por Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Imagino ese duelo de las estrellas que muchos se encargaron de bautizar como ‘El Partido del Siglo' y que yo hago mío porque pienso que cada Clásico lo es y que siempre se mejora el partido anterior.
No queda nada para ver de nuevo a Cristiano correr por el césped del Bernabéu y me lo imagino de nuevo marcando un gol, a pase de Özil, y volviendo a celebrarlo con aquel gesto en el que calmó a las masas y dijo ‘aquí estoy yo'. Recuerdo esas grandes gestas en el Camp Nou y en todos esos goles que hemos celebrado y que tantas alegrías nos han dado y confío en que esta noche se vuelvan a repetir y cuando acabe el partido la alegría sea la de los madridistas celebrando el pase a una nueva final de Copa.
Pienso en lo bonito que sería celebrar un triunfo del Real Madrid ante el Barcelona, en el Camp Nou, como hicimos la temporada pasada para sentenciar la Liga. Pienso en que el día elegido para volver a hacerlo no está lejos, pienso que es hoy. Pienso en que la tensión no va a poder conmigo y voy a disfrutar de cómo mi equipo lucha y se entrega... ¡hasta el final! ¡Vamos Real!
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