Piqué, un ejemplo de la hipocresía del 'segundón'

El jugador se jactaba en febrero de 2014 de tener una gran relación con el luso


Cristiano Ronaldo y Piqué




Hay formas y formas de ganar. La de Piqué es ya conocida por todos. Primero viene el alcohol y luego el desmadre y la vergüenza. No hay que tirar mucho de hemeroteca para comprobar cómo tras la conquista del Mundial le dio por escupir por la espalda al directivo de la Federación Española de Fútbol, Pedro Cortés. Por no nombrar otros penosos incidentes protagonizados por el jugador, como su discusión con la Guardia Urbana de Barcelona o sus pesadas 'bromas' con bombas fétidas en un avión o una zona mixta. El central tiene 28 años, pero mentalmente demuestra tener dos décadas menos. Ahí están los hechos para evidenciarlo.

Por eso no sorprende lo ocurrido anoche y su alusión a Kevin Roldán. El mensaje de un 'segundón', un jugador que no puede evitar acordarse del eterno rival hasta en la gran noche de su equipo. Y a la vez, un discurso que dice mucho entre líneas, por lo que suena a que él no tenía muchas esperanzas de lograr algo grande esta temporada si no hubiera sido por la fiesta de celebración de Cristiano. ¿Será que se sabe inferior al actual Real Madrid y piensa que si no hubiera ocurrido el incidente con el cantante colombiano las cosas hubieran sido muy distintas para unos y otros?

Aunque lo peor de todo no es eso. Es la 'puñalada' que le dio ayer a alguien al que decía respetar hasta hace muy poco. "Siempre hablo bien de Cristiano es porque me gusta. La gente saca conclusiones por gestos o comentarios, sin conocer. Y también tengo que decir que él ha cambiado un poco últimamente por lo que veo, pero a mí es un tío que me cae bien y que me ayudó mucho cuando aterricé en el United" aseguraba del portugués en febrero de 2014 en una entrevista para 'JotDown'.

"Cristiano como compañero es un 10. Le admiro profesionalmente porque es un ejemplo a seguir" había dicho cuatro meses antes en una entrevista televisiva. Todo mentira y pura hipocresía, porque a la hora de la verdad toda esta palabrería le importó bien poco y no pensó en que sus gritos podían molestar a esa persona que le hizo más fácil la vida cuando era un 'don nadie' en la Premier League. Así es Piqué. Un mal compañero y un hipócrita que traiciona a la gente que se porta bien con él con tal de ganarse el aplauso fácil de su afición. Aunque seguramente no le importe, porque es feliz con sus tres títulos. El problema es que hasta eso pasa y el fútbol acaba dando muchas vueltas. Y, por lo pronto, Cristiano ya tiene una motivación más para callarle la boca. Tiempo al tiempo.