El complejo de inferioridad culé quedó perfectamente representado en la figura de Gerard Piqué. En ‘Can Barça’ no pueden vivir sin el Madrid, un club ante el que no se pueden quitar el complejo ni tras una década de triunfos. Pero, Casillas y Sergio Ramos no deben consentirlo. Piqué traspasa los límites de la rivalidad. La alusión a Kevin Roldán no es un mensaje con carga futbolística, es un ‘dardo’ envenenado sobre la profesionalidad de los jugadores del Madrid. Como capitanes, Iker y Ramos deben actuar y defender a sus compañeros y a sus aficionados.
Porque si importante es el bien de la selección, lo es más el bien del Madrid. Los dos capitanes tienen dos obligaciones por encima de todo: defender al Madrid y satisfacer las pretensiones de la afición que les paga. El Real Madrid se ha labrado una historia de triunfos durante más de 100 años. Cuando pierde siempre da la mano, pero no puede consentir poner la ‘otra’ mejilla cuando a un ‘gracioso’ se le ocurre ofender.
La afición reclama una contestación contundente. Piqué se merece una reprimenda tanto en privado como en público. Basta ya de concesiones con antimadridistas. El Madrid es lo primero. Iker, Sergio, esto no puede quedar así. El hincha del Real Madrid no quiere faltas de respeto, y eso Piqué debe conocerlo de primera mano. De la vuestra.
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