"No soy galáctico, soy de Móstoles", afirmaba Casillas allá por 2004, cuando el Real Madrid comenzaba a acoger a los mejores jugadores del mundo fichados por Florentino Pérez. Al presidente no le gustó nada esa broma y ya entonces, según cuenta ABC, las relaciones entre directiva y Casillas se enfriaron. Sin embargo, sería en la segunda etapa de Florentino Pérez en la presidencia cuando la tensión iría a más por un problema económico.
Casillas renovaba su contrato hasta 2017 con Ramón Calderón después de la dimisión de Florentino. Ginés Carvajal, su representante por entonces, reclamó el pago de una serie de comisiones e Iker se negó a pagarlas. Posteriormente, el portero cambió de agente y Carvajal le demandó para exigir ese dinero. Casillas, a su vez, recomendó a sus padres, cuya sociedad manejaba sus asuntos financieros, que demandara al Real Madrid para que fuera el club quien pagara esas comisiones. Esa demanda llegó en 2009, precisamente cuando entraba en la presidencia Florentino Pérez.
Aunque Casillas retiró la demanda en 2010, después de que el Real Madrid finalmente terminara cediendo y reembolsándole el dinero que a su vez pagó a Carvajal, las relaciones desde entonces no volvieron a ser buenas ni malas, simplemente inexistentes. Aun así, fue Casillas quien decidió despedirse solo este domingo, sin nadie del club a su lado. Florentino entiende que Iker es un símbolo del club y por eso quería hacerle el homenaje que finalmente se hizo este lunes. La guerra fría entre las partes ha terminado, a partir de ahora se echarán de menos.
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