James Rodríguez volvía a los terrenos de juego después de más de dos meses fuera del equipo y no pasó desapercibido en Sevilla, donde marcó un gol y además protagonizó la anécdota del encuentro. Corría el minuto 66 de juego cuando, de repente, el futbolista del Real Madrid cogió repentinamente el balón con las manos en plena pugna con Banega.
El Real Madrid perdía 2-1 en ese momento y el colombiano entendió que el esférico no estaba a la presión adecuada. Para comunicárselo al colegiado, paró el partido él mismo para que no se perdiera tiempo en el cambio. González González decidió tener en cuenta la petición de James y cambió el balón, aunque pitó falta a favor del Sevilla por mano. Aunque los sevillistas reclamaron la amonestación, el árbitro entendió que no había mala fe y no hubo amarilla.
El futbolista del Real Madrid fue uno de los grandes protagonistas de la noche en todos los sentidos. Primero con su suplencia, inesperada, posteriormente con esta anécdota y más tarde con su gol, que no sirvió más que para maquillar el resultado. Tras el choque, James comentó que se encuentra en buenas condiciones y que poco a poco espera recuperar las sensaciones para poder volver a ser importante en el equipo madridista.
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