El equipo de Carlo Ancelotti llegaba al partido de vuelta de semifinales en el Allianz Arena con la ventaja obtenida en el encuentro de ida. Los blancos se impusieron por un tanto a cero en el coliseo blanco y se jugaba el pase a la final de la Champions ante un Bayern que, como acostumbra en los últimos años, asustaba.
El central de Camas marcó dos goles en apenas 20 minutos que, prácticamente, aseguraba el pase a la final frente al Atlético de Madrid. El primero a pase de Luka Modric, algo que se repetiría semanas después en Lisboa, pero de ese partido ya nos ocuparemos, y otro tras un saque de falta de Ángel di María. Sergio Ramos se elevó, dos veces, al cielo de Múnich para darle a su equipo lo que el Real Madrid y sus seguidores llevaban esperando 12 temporadas: disputar una final de Champions.
El jugador había admitido en multitud de ocasiones que tenía la espinita de no haber ganado nunca una Liga de Campeones. Llevaba nueve temporadas en el conjunto blanco y entre la mala situación deportiva que vivió la entidad en sus primeros años en Chamartín y luego la mala gestión por parte de la directiva, hicieron que al defensa español se le resistiera conquistar la 'Orejona'.
Hasta ese partido, Sergio Ramos no había marcado ningún gol en la competición europea. Parecía que el destino le estaba reservando ese momento para entrar en la historia del madridismo. Dos años antes, el actual capitán del Real Madrid tuvo en sus botas el pase a la final del año 2012, pero Ramos falló aquel penalti y se quedó sin premio, algo que no le iba a pasar en esta ocasión.
"Bueno la verdad que los goles son lo de menos. lo importante es el colectivo. Veníamos a dejarnos la piel y asi ha sido. Ha sido un resultado justo. Un golpe fuerte en un campo y un rival dificiles, ante el actual campeón. He tenido la suerte de poder contribuirr con dos goles. Es un sueño. La Champions me debía una, especialmente con el Bayern el dia del penalti", dijo al finalizar el partido.
Si tenemos en cuenta que el Real Madrid nunca antes había ganado el Múnich, lo conseguido aquella noche por el Real Madrid, con Sergio Ramos a la cabeza tiene aún más mérito. Además el hecho de de que esos goles se los marcara a Manuel Neuer tuvo un valor añadido para el sevillano. Y es que el cancerbero alemán se burló del zaguero cuando el '4' mandó alto el penalti que casi dejaba sin opciones de final a los blancos en 2012. La venganza, y Ramos mejor que nadie lo sabe, se sirve en plato frío.
Sergio allanó el camino hacia Lisboa con esos dos goles, pero aquel partido también quedará grabado a fuego en la memoria por el resultado final. 0-4 en Múnich no se consiguen todos los días. Cristiano fue el encargado de redondear el marcador. Primero con un gran contragolpe llevado a cabo por Gareth Bale y luego con una falta que pasó por debajo de la barrera y que sorprendió a Manuel Neuer.
"Ha sido un partido soñado. quiero agradecerse al madridismo el apoyo. le mando un saludo y lo compartimos con todos ellos". Esas fueron las últimas palabras de Sergio Ramos en la entrevista que le realizaron a pie de campo nada más finalizar el encuentro ante el Bayern de Pep Guardiola. Sin duda, una de las actuaciones individuales más completas que ser recuerdan.
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