La rivalidad en el fútbol es sana, es la ‘salsa’ de este deporte pero Piqué hace mucho tiempo que ha superado los límites de lo permitido. Le hemos visto levantar ‘manitas’ al cielo con el 5-0, le vimos correr como un loco eufórico para celebrar el sexto gol del Barcelona en el Bernabéu, e incluso le vimos mentar a Kevin Roldán para reírse del Madrid tras conquistar el ‘triplete’ la pasada temporada. Piqué parecía que ya no podía superarse más pero el miércoles lo consiguió.
Las ‘burlas’ y las risas del miércoles no solo ofendieron a millones de madridistas sino que también molestaron a un compañero de profesión. Denis Cheryshev no merecía semejante afrenta. Por encima de la rivalidad y del odio enfermizo que tiene Piqué Bernabéu-en el apellido lleva la penitencia-, está el respeto a un compañero de profesión. Hace tiempo que el ‘3’ azulgrana ha olvidado lo que es la dignidad deportiva.
En el Madrid tienen que tomar medidas. No se puede tolerar. Los propios futbolistas blancos tienen que llamar al orden a Piqué. Es hora de que los capitanes actúen en consecuencia y pongan en su sitio al vocero azulgrana. Porque Gerard no debe olvidar que en su ‘can Barça’ del alma hay futbolistas imputados por delitos fiscales, un presidente manchado hasta las cejas por el caso Neymar y una sanción de FIFA que le impide fichar por contratos ilegales de menores. Piqué, deja de hacer el ridículo y dedícate a tus asuntos.
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