Nacho, el espejo de la cantera del Real Madrid

Se ha ganado cada minuto de los que está disputando





Seguramente en cualquier otro equipo sería indiscutible, pero él es del Real Madrid. No quiere irse, el Santiago Bernabéu es su casa de ahí no lo va a mover nadie. Renovó el año pasado hasta 2021 y llegó a la cantera merengue en 1999, con apenas nueve años. Sabe que la competencia en Chamartín es máxima y que por delante suya están los tres mejores centrales del mundo, pero con trabajo, constancia y sacrificio se está haciendo un hueco en el Real Madrid y en la selección.

No es el más alto, ni el más rápido y, seguramente, tampoco el que más técnica tenga, pero se adapta a cualquier demarcación y el defensa madrileño ya ha participado en 12 encuentros esta temporada. Ha sabido esperar su momento, nunca ha dicho una palabra más alta que otra y siempre ha defendido al Real Madrid por encima de sus intereses personales. Tiene madrea de futuro capitán y ahora está aprovechando la baja de sus compañeros para hacerse importante en el equipo.

Nacho tiene que servir de ejemplo a los que luchan por estar algún día en el primer equipo. No ha salido cedido para regresar al Madrid, como si hicieron Arbeloa, Carvajal o Lucas Vázquez, ha seguido su camino hasta asentarse en Real Madrid. Su evolución desde que debutara con Jose Mourinho es evidente y, a diciembre, está a 180 minutos de igualar el registro que alcanzó durante toda la temporada pasada.

Además es un jugador muy querido en todo el Real Madrid . No solo en el vestuario, sino también entre los empleados del club. Ha crecido allí y solo tienen palabras positivas hacia el defensa.  Un jugador de los que ya no quedan. Un futbolista de los que gustan a los entrenadores. En definitiva, un madridista de corazón.