Capaz de dejar a un titular fuera de la convocatoria en el siguiente partido, Zinedine Zidane quiere sacarle el máximo rendimiento a un equipo espectacular, lleno de posibilidades en todas las líneas y que puede jugar de distintas maneras según el rival que haya enfrente. Todos los futbolistas parten con las mismas oportunidades aunque, evidentemente, seguirán existiendo futbolistas franquicia.
Pero Zidane no se cierra en banda. Hará las alineaciones en función del rendimiento semanal, del trabajo en los entrenamientos y del estado físico de cada jugador en cada momento de la temporada. No se guiará por nombres y no le temblará el pulso para sentar al futbolista que toque se llame como se llame.
Los jugadores lo saben. Le conocen de la temporada 2013-2014 cuando el francés era el segundo de Carlo Ancelotti. Ahí conocieron las virtudes de un hombre cercano, gracioso y conciliador con los futbolistas. Pero esas tres virtudes no deben esconder la principal virtud de Zidane como entrenador: la exigencia. El nuevo ‘míster’ madridista no hará las alineaciones por el nombre sino por el ‘hombre’.
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