No es nada nuevo. Se conoce y se respetan, pero Guardiola lleva al Barcelona en la sangre y sabe que si a Zidane le va bien deportivamente hablando, el primer perjudicado de ello será el Barça. Además, a nivel europeo, su Bayern también competirá en la Champions con el equipo de Concha Espina, por lo que Pep le deseo toda la suerte del mundo, imaginamos, a nivel personal.
Su relación con Zidane es bastante buena. De hecho el pasado mes mayo el nuevo entrenador blanco se desplazó hasta Múnich para conocer los métodos de trabajo de Pep Guardiola, pero al ser preguntado por la llegada del galo al banquillo merengue, el barcelonista que lleva dentro salió a relucir. "A Zidane le deseo lo mejor posible, él sabe todo lo que hay que saber sobre fútbol. Sin embargo no le deseo lo perfecto, puesto que soy seguidor del Barcelona".
No le falta razón a Guardiola. Y es que la última vez que se vieron las caras en los banquillos fue en unas semifinales de Champions. Zidane era el segundo entrenador de Carlo Ancelotti y en Múnich se vivió una de esas noches mágicas para el madridismo. 0-4 para los blancos y el camino despejado hacia Lisboa, donde semanas después se conquistó la Décima.
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