El Real Madrid evidenció serios problemas físicos durante todo 2015. La plantilla primero se hundió en el final de la temporada pasada con Carlo Ancelotti al mano. Y la llegada de Rafa Benítez no cambió demasiado la situación. Zidane supo ver este problema y se dispuso a ponerle solución nada más acceder al banquillo, pero lógicamente este proceso requiere trabajo, tiempo y paciencia. Su idea inicial era trabajar durante tres semanas con el grupo a la máxima intensidad, plazo que cumplirá el próximo sábado día 30. Por eso todavía es algo pronto para sacar conclusiones, ya que los jugadores están todavía lejos de su óptima condición.
Según 'Marca' el plan del francés es claro: someter a sus hombres a importantes cargas de resistencia aeróbica de alta intensidad y fuerza explosiva. Algo con lo que se pretende obtener resultados a medio y largo plazo, a costa de sacrificar en parte el presente. Y es que los jugadores coinciden estos días en señalar que se notan muy cansados y que perciben las piernas bastante pesadas durante los partidos. Es decir, viven una situación que les recuerda mucho a la que sufren en las pretemporadas.
Así que en este caso la única receta es la paciencia. No queda otra que esperar a que el trabajo sea asimilado por sus organismos y empiece a dar sus frutos. Todo está pensando para que los primeros beneficios de esta labor se empiecen a notar a mediados de febrero, justo antes de medirse a la Roma en la Champions. Entonces Zidane espera tener a la plantilla al 80 %. Algo que comparte el ex preparador merengue José Luis San Martín, quien asegura que "el trabajo ya lo llevarán encima tras cuatro semanas exigentes. Entonces el equipo volará y estarán muchos más fresco. Los 'Ferraris' tendrán gasolina más que suficiente para tirar lo que resta de campaña. Se producirá una 'supercompensación' y la capacidad funcional del jugador aumentará en el tramo más decisivo".
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