El central suma más de una semana de baja por sus problemas en la planta del pie. El futbolistas ha trabajado de forma individual en el gimnasio y este martes pasó unas pruebas médicas, pues sus dolores no remitían. Las mismas han revelado que padece una fascitis plantar, un problema que en general requiere de reposo para curarse y evitar que la lesión se cronifique. De hecho, en los peores casos suele precisar de cirugía, aunque en este caso los doctores han optado por un tratamiento conservador que, como mínimo, mantendrá al jugador dos semanas alejado de los terrenos de juego.
Así pues, los plazos ponen en dudas la presencia de Pepe en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. Los blancos se medirán a la Roma a domicilio el miércoles 17 de febrero, fecha en la que precisamente se cumplirían las estimaciones de los galenos merengues. Por eso el futbolista ya se ha puesto el reto de recortar ligeramente los plazos para poder estar a disposición del técnico para disputar el encuentro.
Todo su trabajo en los próximos días irán enfocado para conseguirlo, aunque siempre sin tomar riesgos. A sus casi 33 años el luso es consciente de que tiene que cuidarse al máximo para evitar disgustos, por lo que nunca forzaría su vuelta a los terrenos de juego. La presencia de sus compañeros Ramos, Varane y Nacho es suficiente garantía como para no precipitarse y no tentar a la suerte.
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