Silva fue apartado del equipo el pasado 8 de febrero por orden del presidente del club Vincent Labrune pero la humillación al brasileño empezó seis días. Concretamente, el pasado 2 de febrero, cuando el jugador fue obligado a bajarse del autobús del equipo cuando éste se iba a desplazar hasta Montpelier para disputar un nuevo partido de Liga.
La decisión fue impuesta desde arriba ante el asombro y la indignación de la plantilla e incluso del cuerpo técnico. Lucas Silva está viviendo una auténtica pesadilla en Francia e incluso no descarta demandar al club galo por no permitirle ejercer sus derechos como futbolista profesional.
En todo caso, el mediocentro brasileño regresará a Madrid el próximo verano para realizar la pretemporada y será, en ese momento, cuando el club madridista le busque un nuevo destino. Al ex del Cruzeiro no le faltarán ofertas de calidad para jugar en un equipo de una Liga importante en el fútbol europeo.
DEJA TU COMENTARIO