Con Benítez, la presencia de James en la Liga de Campeones fue básicamente testimonial. Solamente disputó 65 minutos contra el Malmö en un partido intranscendente, se perdió los cuatro primeros encuentros por lesión y en Ucrania vio la victoria de su equipo ante el Shakhtar desde el banquillo. Benítez no le dio ni un solo minuto y la relación entre ambos terminó por resquebrajarse.
Pero James ya ha pasado página. Mañana saltará al césped del Olímpico con todas las ganas del mundo, con el ansia de hacer un gran partido. El gol marcado contra el Athletic le ha supuesto un plus de motivación. Ha recuperado la confianza y, poco a poco, el ritmo físico ha ido en aumento. El plan elaborado por el cuerpo técnico para ponerle a tono ha dado resultado.
James siempre ha sido un jugador decisivo pero también ‘entregado’. En la pasada Liga de Campeones, promedió más de 10 kilómetros por choque y fue un fijo para Ancelotti. Fue decisivo en la eliminatoria ante el Atlético y contra la Juventus ‘participó’ activamente en los dos goles del Madrid. James ‘debutará’ en esta Copa de Europa con ganas de poner las cosas en su sitio….
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