Zinedine Zidane sabía que ante el Levante había que ganar sí o sí. Los blancos necesitaban sumar los tres puntos para no correr el riesgo de que el Villarreal, en caso de victoria en Balaídos ante el Celta, les dejara fuera de los puestos que dan acceso directo a la Liga de Campeones. El conjunto merengue, tercer clasificado, no puede permitirse tropezones si quiere quedar como mínimo en tercera posición, y cumplieron con su parte en el campo del Levante.
El otro encuentro al que los blancos debían mirar era al de Balaídos, un Celta-Villarreal a priori más complicado para el submarino que el partido del Madrid en el Ciudad de Valencia. Zidane sabía que el cuadro de Marcelino se podía dejar puntos en Vigo, un estadio muy complicado donde el Celta se ha hecho especialmente fuerte esta temporada. Por eso era importante para los blancos ganar, para aumentar su ventaja con respecto al cuarto o al menos mantenerla.
El destino quiso que los blancos ganaran su partido y el Villarreal no pudiese más que empatar, de manera que el colchón del Real Madrid ha aumentado en esta jornada entre semana hasta los cuatro puntos. En los próximos compromisos, los de Zidane podrán jugar con algo menos de presión, sabiendo que el objetivo actual de quedar como mínimo en tercer lugar no está en peligro... Al menos por el momento.
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