El Real Madrid estaba ya más que avisado. La lógica dictaba que el equipo con más ayudas arbitrales de España - y se podría decir que de Europa - también recibiría un 'empujoncito' en el 'Clásico'. Y así fue, porque al conjunto blanco le birlaron un gol, un penalti y la expulsión de Luis Suárez. Y se podría decir que la expulsión de Ramos fue rigurosa, ya que su primera amarilla fue por protestar una clarísima falta que le hizo el uruguayo y que, por cierto, terminó en la ocasión más clara del Barcelona en todo el partido. De hecho, a partir de ahí el sevillano no estuvo centrado en ningún momento, jugó con fuego y acabó pagándolo caro.
Del gol de Bale poco se puede decir. Lo vio todo el mundo y es imposible negar la evidencia de la limpieza del salto del galés. Por eso vamos a poner la lupa sobre las otras dos jugadas clave que confirmaron el 'robo' en el Camp Nou. La primera, mediada la primera mitad del choque. Luis Suárez y Pepe pugnaban por un balón aéreo y el delantero soltó el codo de una forma innecesaria para golpear al jugador madridista. El árbitro le enseñó la cartulina amarilla, pero la acción merecía mayor castigo. Más que nada por lo innecesario de soltar el brazo de esa forma para agradir al '3' madridista.
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Pero como decimos esta acción no sería la última. Poco después, y con 0-0, Pepe sufriría un clarísimo agarrón de Busquets en el área durante un córner. Mientras tanto, Mascherano hacía lo propio con Bale al impedirle desmarcarse. Dos penaltis en uno, pero el árbitro no quiso ver nada. Además, curiosamente en el minuto 3 tanto Pepe como Busquets ya habían tenido un encontronazo tras una dura falta del centrocampista catalán que no mereció ni la cartulina amarilla. Así que hilando fino hasta el culé podría haber sido expulsado por doble amonestación al filo del decanso... Pero no, ya se sabe que la tradición de los 'Clásicos' es que el equipo que debe acabar con 10 es el Real Madrid.
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