“No hay motivos para celebrar”. Este es el mensaje resumido que el francés ha trasladado a la plantilla madridista. Según 'Marca' el entrenador les ha recordado que aún queda un largo camino hasta poder levantar alguno de los dos títulos en juego, por lo que no quiere ni la más mínima euforia. Y es que para él esta sólo puede llevar disgustos y distracciones cuando lo que el Real Madrid necesita es justo lo contrario: concentración y atención en los objetivos que tiene por delante.
A cambio está encontrándose con el compromiso total de sus jugadores. Antes de medirse al Getafe ya mandó un mensaje de prudencia al vestuario y el resultado fue un claro 1-5 que le llenó plenamente. Percibe que sus palabras de prudencia están calando y ve tensión competitiva en el equipo, por lo que su tarea será mantenerla de aquí al final. La intención es mantener este nivel de exigencia en los ocho partidos como máximo que quedan, de ahí que no deje de repetir una y otra vez la palabra “tranquilidad”. Solo con ella y con humildad el curso podrá terminar con una gran sonrisa en la cara de los aficionados madridistas.
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