Sin embargo, la realidad es que se ha producido una alarma exagerada y que no se amolda a la situación real. El principal motivo reside en los plazos que implicará esta salida del
Reino Unido de
Europa. La
Unión Europa quiere que
Londres inicie cuanto antes los trámites, pero se calcula que los mismos implicarán un mínimo de dos años para que se lleven a cabo.
Incluso no se descarta que se puedan prolongar durante
7 años, por lo que en ese caso para entonces el club posiblemente no tendría ya este problema, bien porque
Bale no siga en el club o porque cualquiera de sus otros tres extracomunitarios ya tengan la nacionalidad española o hayan abandonado el
Real Madrid.
Además, hay otro aspecto que podría acabar favoreciendo que los jugadores británicos jueguen en
Europa sin perjuicio para sus intereses. Bajo este contexto es muy probable que el
Reino Unido negocie con
Bruselas para que los futbolistas de su nacionalidad no sean calificados como extranjeros en países de la Unión Europea. Esto es algo que ya sucede con países como
Noruega, Islandia, Turquía o Suiza.
Así,
Odegaard está en el club blanco como comunitario a pesar de no ser europeo de cara a la normativa y es el mejor ejemplo para tranquilizar al madridismo. Por ello el club ha recibido sin alterarse el '
Brexit' y confía en que ni a medio ni a largo plazo acabe siendo un problema que condicione su
planificación deportiva.