El entrenador vio el partido como un aficionado más, por lo que disfrutó mucho del éxito de su selección. Aunque hubo un detalle que no le agradó demasiado: el exceso de emotividad que mostró Cristiano en la prórroga una vez que se confirmó su lesión de rodilla. "Cristiano no aportó nada en los últimos minutos de la final de la Eurocopa. Fueron once los que estaban en el campo y quien dirigió el equipo fue el técnico. Yo lo veo como un derrame de emoción de alguien que vio cómo faltaban pocos minutos para llegar a un objetivo que todo el mundo quería" ha asegurado.
Así, para 'The Special One' Cristiano "perdió un poco el control emocional de las cosas, algo que no es nada malo. Lo que la experiencia me dice es que, en cuestión de minutos de decisiones importantes, los futbolistas están involucrados en su mundo". Unas palabras muy críticas que llaman la atención, pues la Eurocopa fue un éxito colectivo en el que el madridista tuvo un importante papel. Y es que, aunque sus instrucciones y consignas no sirvieran mucho para lograr la victoria, al menos ayudaron más que el propio Mourinho, quien solo pudo seguir el encuentro desde la distancia y como un mero seguidor luso. ¿Será que el entrenador tiene envidia de no haber podido estar él en el banquillo?
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