Pasó seis meses a las órdenes de Ancelotti en los que apenas jugó. El pasado verano se marchó cedido al Olympique de Marsella para disfrutar de los minutos que no iba a tener en Chamartín, pero tampoco terminó asentándose en la titularidad y este año, en julio, cuando parecía que iba a firmar por el Sporting de Lisboa le detectaron un cuadro de arritmia y la operación se fue al traste.
Tras esto, Lucas Silva regresó a Madrid para someterse a distintos exámenes médicos que descarten definitivamente cualquier problema cardiaco y desvelar el motivo por el que suspendió hasta en dos ocasiones el test de esfuerzo en Portugal. De momento, todos los controles a los que ha sido sometido han sido positivo pero mientras, el chaval no puede ejercitarse. Los médicos le han prohibido cualquier tipo de actividad física hasta que todo se aclare.
En unas declaraciones recogidas por el diario As, una persona cercana al futboista reconoce que Lucas no está pasando uno de sus mejores momentos. "Lucas está frustrado, molesto, pero tranquilo porque no queda otro remedio. El momento no podía ser peor, con los Juegos Olímpicos de Río empezando este viernes”, explicó. Y es que Silva había sido indiscutible con Brasil durante todo el ciclo olímpico.
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