Esta victoria, además, tiene un tinte especial. No en vano, es la tercera Supercopa de Europa que acogerá el museo del Santiago Bernabéu. Es especial porque el Madrid había perdido las dos primeras finales de esta competición que disputó, sin embargo, ha conseguido vencer las tres últimas que ha jugado, dos ante el Sevilla y una frente al Feyenoord.
Desde que en 1998 y en 2000 perdiera frente a Chelsea (0-1) y Galatasaray (1-2), respectivamente, el Real Madrid ha hecho de la Supercopa de Europa un terreno favorable para sus intereses. El 3-1 al Feyenoord en 2002 supuso la ruptura del mal fario de los blancos en esta competición.
Las dos últimas victorias ante el Sevilla, en 2014 y la de ahora en 2016, han puesto el casillero de victorias-derrotas del Real Madrid en la Supercopa en 3-2 a favor. Por tanto, ya se puede decir que este trofeo le ha dado más alegrías que tristezas a los aficionados merengues.
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