Nadie entre el madridismo duda de la calidad de James Rodríguez. La sacó a relucir en su primera temporada en el Real Madrid, pero el curso pasado bajó considerablemente sus prestaciones hasta el punto de que no participó en el partido más importante del año: la final de Champions. Zidane apostó por el cuando llegó, pero en estos momentos, y desde hace ya varios meses, prefiere optar por otros jugadores del plantel.
Cada vez que se va con Colombia, la versión del mediapunta mejora. Allí es el auténtico líder. El encargado de llevar todo el peso ofensivo del combinado cafetero. Es un caso verdaderamente extraño, pero hace mucho tiempo que no vemos al James de Colombia en el Real Madrid, y viceversa. Dos caras muy diferentes que provoca un debate a nivel internacional.
Quizá el secreto esté en la confianza, pero no se puede decir que Zidane no se la diera en su momento. De hecho, en los primeros partidos del francés en el banquillo disputó muchos minutos, hasta que llegó el partido con el Atlético de Madrid. A partir de ahí, el centrocampista dejó de aparecer en las alineaciones del Real Madrid.
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