Zinedine Zidane tiene entre sus máximas prioridades el que todos y cada uno de sus futbolistas se sientan importantes. Por eso rota. Pero, además, su idea de mantener a todos enchufados entronca con lo que le pasó en una de sus temporadas como jugador del Real Madrid.
En la temporada 2003-2004 con Carlos Queiroz en el banquillo el
Real Madrid se desfondó. Empezó muy bien el curso en las tres competiciones, pero la ausencia de rotaciones quemó al equipo antes de llegar al tramo decisivo de la temporada.
El equipo de los
Zidane, Figo, Roberto Carlos y
Beckham se desfondo, entre otras cosas, por la ausencia de una segunda unidad de garantías que diera descanso a los Galácticos y por la cabezonería de Queiroz al contar siempre con el mismo once tipo.
Que nadie dude de que
Zidane recuerda esa temporada como una de las más olvidables de su carrera y bajo ningún concepto quiere que le ocurra en su etapa como técnico. Por suerte, este
Real Madrid tiene fondo de armario de sobra.
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