En los últimos años el conjunto merengue ha apostado fuerte por el producto nacional. Es cierto que en el Real Madrid siempre tienen que jugar los mejores del mundo y esos pueden que no sean españoles, pero solo hay que echar un vistazo a las incorporaciones que ha hecho en cuadro merengue de unas temporadas hacia aquí.
De hecho, todos los jugadores que estaban en el banquillo merengue en el partido contra el Villarreal eran españoles. Yáñez, Carvajal, Nacho, Lucas, Marco Asensio, Isco y Morata. Canteranos en su mayoría, aunque también apuestas de futuro como el malagueño o el ex del Espanyol. Zidane cuenta con todos ellos y aunque ayer fueron suplentes, en cualquier momento pueden salir de la partida.
Además de los siete que estuvieron ayer en el banco, hay que sumarle los dos futbolistas españoles que fueron titulares en el día de ayer, Sergio Ramos y Kiko Casilla. Es decir, de los 18 convocados para el duelo ante el Villarreal, nueve son nacidos en territorio nacional. Esto es algo que sin duda habla muy bien del tipo de gestión que se está llevando a cabo en Chamartín.
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