Isco creció, tuvo un compañero en la medular que hablaba su idioma y el Madrid bordó el fútbol en los primeros cuarenta y cinco minutos. Kroos estuvo espectacular como mediocentro defensivo. Realizó un partido sublime; tejió la jugada, dio dos asistencias de gol, estuvo intenso en el robo, mantuvo a la línea defensiva cerca del centro del campo y su acierto en el pase fue bárbaro.
Al menos, ante el Real Betis, el Real Madrid no echó de menos a Casemiro. Con Kroos en la posición de ‘5’, el equipo podrá sufrir algo más defensivamente en ciertos encuentros pero la salida del esférico es limpia, rápida y de mucha calidad. Jugadores como Isco disfrutan cuando el ex del Bayern está ‘on fire’.
Así ocurrió en el Villamarín; Isco tuvo libertad para moverse por todas las zonas del centro del campo, cayó a bandas e incluso llegó dos veces a posición de remate para hacer dos goles de bella factura. Cuando Kroos quiere hacer ‘magia’, el Madrid se convierte en un equipo ‘matador’ y que practica un fútbol de gran belleza.
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