El aparato en cuestión estaba siendo utilizado sin permiso del consejo de administración de la compañía por Javier Monzón, ex presidente de Indra, según contó en su momento el diario El País.
Este señor habría firmado en nombre de Indra un contrato de leasing que fue traspasado a Cristiano Ronaldo cuando la multinacional se enteró de que Monzón se había estado beneficiando de sus recursos.
De este modo, el futbolista del Real Madrid se hizo cargo de los últimos meses del contrato de alquiler con opción de compra y cuando el leasing finalizó ejerció dicha opción de compra pagando los 19 millones de euros establecidos en el contrato para quedarse el aparato en propiedad.
El resto de la historia ya la conoce todo el mundo. El portugués alquila frecuentemente la aeronave para que no le salga excesivamente caro su mantenimiento y en uno de esos arrendamientos fue cuando ésta tuvo el incidente en Barcelona de hace unas semanas.
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