Según asegura Marca, James y Mendes habían acordado en las últimas fechas posponer cualquier salida del club hasta el próximo verano. La posibilidad de salir en invierno no se contemplaba y James estaba decidido a “trabajar, esforzarse y entrenar a tope” para ganarse la confianza de Zinedine Zidane. Sin embargo, al ‘cafetero’ se le calentó la ‘boca’ en Yokohama y a una semana de la Navidad ha destapado la ‘caja’ de los truenos tanto en el vestuario como en las oficinas del Real Madrid.
James aterrizó en tierras asiáticas tras ser titular contra el Deportivo y el Borussia Dortmund. Sin embargo, fue suplente contra América de México-entró mediada la segunda parte por Kroos-y no jugó ni un solo minuto en la final. Rodríguez rumiaba en el banquillo una respuesta. No concebía que Zidane ni siquiera le diera unos minutos en la prórroga.
En zona mixta, aprovechó la masiva presencia de medios de comunicación para soltar una ‘bomba’ que ha caído muy mal en el club. Florentino Pérez tiene muy claro que James no se marchará en enero. Zidane no quiere debilitar y, en estos momentos, no existe una oferta que pueda satisfacer lo que el Madrid pagó por el colombiano en 2014: 80 millones de euros. Como se suele decir, James habló más de la cuenta y ahora tendrá que purgar sus pecados. El Madrid no le dejará salir.
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