Así vivió Keylor el día después de su error en el Pizjuán

El portero mantiene la calma a pesar de que algunos se empeñan en señalarle


Keylor Navas en uno de sus partidos ante el Sevilla

Keylor Navas en uno de sus partidos ante el Sevilla




El primero que sabe que erró en el gol de Jovetic es el propio Keylor Navas. El tico pasó el vuelo de vuelta a Madrid analizando la jugada del tanto junto a su preparador de confianda Luis Llopis. Ambos estudiaron la acción y reconocieron que el guardameta falló en dos aspectos: su colocación en la portería - estaba demasiado adelantado - y su falta de firmeza en la mano para despejar hacia un lateral el esférico y no hacia atrás como acabó haciendo.

El costarricense lo pasó mal esa noche y le costó dormir. Pero ayer lunes se levantó con otra cara a pesar de que sabía que le iba a tocar desayunar y comer con un aluvión de críticas. Es perfectamente consciente de que va implícito en su posición, aunque considera que todos aquellos que piden que pierda la titularidad son injustos con él. De hecho, se podría decir que este fallo fue la excepción que confirma la regla, ya que hasta ahora sus actuaciones en la presente temporada estaban siendo bastante sólidas y convincentes.

Y es que pocos se acuerdan de la parada que le hizo minutos antes a Ben Yedder con empate a cero. El francés cruzó el balón en una buena posición y Keylor le sacó el balón con una brillante parada. Aunque esa no ha sido su única gran parada de esta temporada, pues en los últimos meses también hizo atajadas que valieron puntos ante el Athletic de Bilbao, el Alavés, el Deportivo de la Coruña o incluso un título, como su intervención frente al Kashima Antlers

Así, en el vestuario están convencidos de que el portero está muy cerca de su mejor nivel. Todo el mundo puede tener un fallo puntual durante la temporada y Keylor no va a ser una excepción. Por eso el tico mantiene la moral alta a pesar de todo lo que se está hablando. Cuenta con el apoyo de sus compañeros y del propio Zidane, a quien no se le pasa por la cabeza alimentar un debate en la portería justo cuando lo más importante de la temporada está a punto de llegar.