El plan de Cristiano para no dejar de ser el mejor

El futbolista luso lleva años siguiendo a rajatabla el plan con el que ha conseguido ser un jugador de leyenda.


Celebración de Cristiano

Celebración de Cristiano




Son muchos los que dan por acabado a Cristiano Ronaldo, pero el delantero portugués no se da por vencido. El jugador luso tiene el objetivo de callar bocas, como lleva haciendo durante muchos años, a pesar de que ya tiene 32. El crack del Real Madrid tiene muy claro que todavía tiene mucho que decir en el mundo del fútbol. Le quedan títulos que conseguir, récords que batir, premios que ganar… Empezando por esta misma temporada, en la que todavía aspira a volver a ponerse la corona del fútbol español y europeo con el Pichichi y la Bota de Oro. A pesar de que sus números están siendo ligeramente inferiores a lo habitual, son dos premios que tiene a tiro.

Como también tiene a tiro los títulos con el Real Madrid, con el que lidera la Liga Española con puño de hierro a pesar de haber jugado dos partidos menos y con el que está en octavos de final de la Liga de Campeones. Cristiano aún va a dar muchas alegrías al madridismo, y no lo decimos nosotros. Lo piensa él, lo piensan sus compañeros, lo piensa Zidane y lo piensa el club. Su trabajo diario invita a confiar en que no parará. Él mismo ha asegurado en más de una ocasión que quiere jugar hasta los 40 años o más.

Preparación y cuidado máximo

Cristiano Ronaldo entrena al máximo todos los días, incluso demasiado en algunas ocasiones. No debemos olvidar que las pasadas navidades Zidane tuvo que pedirle que se olvidara del gimnasio por unos días. Y es que el delantero portugués, cuando no entrena con el equipo, se dedica a machacarse bien en las instalaciones de Valdebebas o bien en su propio domicilio, donde cuenta con gimnasio particular. Su intención es estar siempre en forma, tonificado y en el peso ideal.


En eso juega un papel especial también la alimentación. El crack portugués no bebe alcohol, no come alimentos prohibidos, no bebe refrescos con gas… Es estricto en esto y no se lo salta casi nunca. Y si lo hace, rápidamente acude al gimnasio aún más tiempo para reponerse. Así, con esa ambición, ha llegado a donde está y tiene el objetivo de seguir avanzando. El plan específico para ser el mejor lo sigue a rajatabla desde que llegó al Manchester United desde el Sporting de Portugal.

“Nunca habíamos visto algo igual. Esa confianza en sí mismo resultaba extraordinaria. Su objetivo era ser el mejor. Pasaba horas en el gimnasio, se quedaba practicando faltas y regates... Siempre se lo digo a los niños: ‘Si queréis ser como Cristiano, tenéis que trabajar como él’”. Son palabras de Fortune, ex futbolista que compartió vestuario con el portugués y que quedó impactado por la forma de trabajar del hoy futbolista del Real Madrid.

Hasta ahora, nunca ha fallado

Algunos insisten en que Cristiano Ronaldo no da la talla, que ya no debería ser indiscutible en el Real Madrid, etc. Pero los números hablan por sí solos. El futbolista luso ha conseguido superar la marca de los 50 goles por temporada en los últimos años, incluso la temporada pasada, cuando más ruido había a su alrededor al respecto de su estado de forma. Este curso, aunque sigue el runrún debido a que algunos están empeñados en generarlo, Cristiano suma ya 20 goles en 25 partidos. Son números a la altura de los mejores. Pocos delanteros en Europa pueden presumir de un promedio semejante, y los que lo poseen están entre los llamados ‘galácticos’.

El Real Madrid no tiene la más mínima duda de que acertó con la renovación del luso. Algunos entendidos han estado cachondeándose del club blanco porque entienden que la ampliación del contrato de Cristiano es una estafa. También decían lo mismo cuando llegó, que era demasiado caro. Pero siempre dio la talla, siempre hizo goles, siempre se dejó la piel en el campo y siempre pidió ‘calma’ a los culés, que tanto bien quieren para el Madrid. Cristiano tiene la misión de que sea por muchos años más y el madridismo no debe caer en el error de creer las mentiras de los que no nos quieren.