El Real Madrid se presentaba en El Sadar en plena racha negativa de goles encajados a domicilio. Aunque hacía casi tres meses que los blancos no dejaban su meta a cero fuera del Santiago Bernabéu, se trataba de una racha engañosa teniendo en cuenta que el equipo merengue sólo había jugado dos partidos fuera en ese periodo (tiene dos partidos aplazados, en Mestalla y Balaídos).
Zidane y los suyos pretendían evitar que cayeran goles en la red de Keylor Navas después de que Barcelona y Sevilla, las últimas dos salidas del equipo, finalizaran con goles encajados. Luis Suárez marcó en el Clásico, y Sergio Ramos en propia meta y Jovetic hicieron los dos goles del Sevilla en el Pizjuán.
De este modo, el equipo madridista necesitaba recuperar la buena senda defensiva lejos de casa para volver a dejar la meta a cero casi tres meses después. Ahora que vuelve la Champions, el buen nivel en la retaguardia es clave para que el equipo blanco pueda llegar lo más lejos posible. No pudo ser y Osasuna consiguió marcar para mantener la mala racha. Hay que mejorar ahí.
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