La mala racha se inició el 15 de enero en el Ramón Sánchez Pizjuán. Los blancos tenían el partido prácticamente ganado, vencían por 0-1 en el 85’ pero un autogol de Ramos y un golazo de Jovetic en el descuento dejaba al equipo sin puntos, tocado y sin la posibilidad de dejar la Liga prácticamente sentenciada. El Celta, tres días después, ganaba en Copa en el Santiago Bernabéu y los blancos se dejaban media eliminatoria copera en el encuentro de ida.
El Madrid reaccionó, ganó al Málaga en la Liga pero no pudo levantar la eliminatoria ante el Celta. Tras caer en el torneo del K.O, los merengues se sobrepusieron y ganaron cuatro partidos de manera consecutiva-3 en Liga contra Real Sociedad, Osasuna y Espanyol y uno en la Liga de Campeones contra el Nápoles-.
Sin embargo, la derrota en Mestalla ha vuelto a llenar de dudas el futuro de los blancos. El equipo no termina de arrancar, no acaba de encontrar la solidez que le hizo casi indestructible en 2016 y, en las próximas 4 semanas, se jugará su futuro en la Liga y en Champions. De lo que ocurra desde hoy y hasta el próximo 19 de marzo dependerá muy mucho la suerte final del Madrid esta temporada…
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