Según asegura Marca, la decisión adoptada por Cristiano Ronaldo fue puramente personal. El portugués pesaba hasta la temporada pasada 82 kilos y decidió bajar 3 kilos tras la Eurocopa. Cristiano comenzó la campaña con 79 kilos y, rápidamente, se sintió mucho más fresco tanto en los entrenamientos como en los partidos.
Cristiano se había musculado en exceso el tren superior y este año ha decidido rebajar el trabajo de gimnasio para sentirse más ágil sobre el terreno de juego. Con los años, el cuerpo pierde velocidad pero Ronaldo ha querido compensar el tiempo perdiendo peso para recuperar las sensaciones de antaño sobre el terreno de juego.
El tiempo le ha dado la razón; contra el Bayern se ha visto a un Cristiano Ronaldo imparable. Rápido a la contra, letal en el área, imparable en el choque y con una potencia en el remate con ambas piernas y con la cabeza que ha recordado a sus mejores años. El mejor Cristiano está de vuelta y, seguramente, gracias al régimen alimenticio que le ha llevado a perder tres kilos.
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