Una competición como la Champions siempre exige el máximo y no sólo a los jugadores, sino también al entrenador. Y si el entrenador es el del equipo que reina en el viejo continente, la presión es aún mayor si cabe. Y si además eres el técnico del actual campeón, la presión alcanza unos niveles que se salen del gráfico.
Ese tipo de presión parece no afectarle a Zinedine Zidane y es que el francés no puede estar haciendo un trabajo mejor al frente del Real Madrid en Europa. El equipo es el actual campeón y de momento el primer paso para repetir final se ha dado en la dirección correcta frente al Atlético de Madrid en la ida de semifinales. Con el francés en el banquillo, el Real Madrid ha disputado hasta ahora un total de 18 partidos, de los cuáles sólo ha caído en una sola ocasión, aquel contra el Wolfsburgo en la pasada edición que finalmente acabó en remontada en el Bernabéu. El balance ha dejado una Champions en las vitrinas y un reguero de rivales por el camino de un Zidane que va camino de repetir la historia y entrar en ella por la puerta grande si consigue volver a conquistar la que sería duodécima Champions en Cardiff en junio.
Su llegada no ha dejado más que alegría y felicidad a un equipo que no encontraba su camino y que gracias a él se ha vuelto un conjunto sólido, fuerte y que aspira a lograr un doblete que sería absolutamente histórico con una Liga que hace años que no se gana y con una Champions que de conseguirla sería la primera vez en la historia que se consigue. Zidane puede conseguirlo.
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